lunes, 19 de noviembre de 2012

LA CABINA



Corto español de  Antonio Mercero (1972)


Desde que "La cabina" se estrenó en televisión a comienzos de la década de los setenta, y pese a que la intención de su director, Antonio Mercero, y su coguionista, José Luis Garci, fue la de no explicitar lectura alguna de la historia de su mediometraje (un hombre se queda encerrado inexplicablemente en una cabina telefónica hasta que es transportado, dentro del habitáculo, a un apartado lugar donde le aguarda el mismo terrible destino que otras muchas personas en su misma situación tuvieron antes que él), las interpretaciones de esta celebrada pieza no han dejado de sucederse: hubo quienes vieron en ella una alegoría sobre el servicio de la por entonces estatal Telefónica; otros, una metáfora del ciudadano español respecto a la dictadura franquista.
Lo cierto es que tanto Mercero como Garci acertaron plenamente cuando decidieron dejar en un inquietante y asfixiante enigma su magistral relato, convirtiéndolo para siempre en un artefacto intemporal, vigente en cualquier época y para cualquier tema al que oportunamente pudiera asimilarse.
A López Vázquez de nada le sirvió gritar y golpear una y otra vez, infructuosamente, los cristales que lo encarcelaban en su cabina. Miraba el exterior unas veces asombrado, otras aterrorizado, incluso otras invadido por la nostalgia. Y cuando su cabina transportada se adentra en un túnel que desemboca en una nave subterránea, le invade la expectación, la posibilidad de llegar quizás al desenlace de su ilógica situación. Pero su fin es la nada: dejarse pudrir, dejarse consumir por la inacción, dejarse aniquilar lentamente en un oscuro lugar como tantos otros que le han precedido, aceptando el designio, el capricho, el plan de no se sabe qué o quién.
‘La Cabina’ no tuvo mucho éxito de público (la gente se asustaba por la temática angustiosa pero comentar con un vecino que podía haber algo más profundo quizás les hubiera traído problemas) pero sí de crítica, especialmente en el extranjero. Igual que se premió la aparición de temas tabú en Historia de la frivolidad, ahora se premiaba la mezcla de una temática novedosa en el país como era la de la ciencia ficción y el haber conseguido articular una crítica hacia el régimen en el que se enmarcaba el programa.
En la historia del pobre hombre que se ve abocado a la muerte sólo por entrar a hacer una llamada de teléfono, encontramos también muchos de los temores del ser humano de cualquier época y lugar, empujado a una existencia en la que nunca sabrá dónde y cómo se encontrará con la muerte, imposible de evitar. O, como explica Mercero, quizás todos tengamos nuestra cabina y sea nuestra misión intentar salir de ella. Encontramos, por lo tanto, una obra que toca ámbitos sociales y políticos pero también referentes a la existencia y a ese profundo temor que tan bien supieron plasmar los responsables de ‘La Cabina’.