martes, 3 de abril de 2012

LOS DOS MARCELOS (Proust y Schwob)




















Por Luis Alberto de Cuenca

A la memoria de Gabriel

En abril de este año hablé con Bioy Casares.
Le recordé al maestro que en un prólogo suyo de hace cincuenta años
llamó pesado a Proust,
y que en una Postdata al mismo prólogo,
escrita veinticinco años después,
cantó la palinodia:
«¿Qué es eso de matar a quienes más queremos?
Bioy me dijo que, de pequeño, aborrecía a Proust,
pero que luego se hizo mayor y aprendió a amarlo.
Yo le dije que Proust me aburría,
que no me interesaba, ni antes ni ahora, en absoluto.
Bioy entonces me dijo que leyera Albertine Disparue
como si fuera una novela policíaca,
que a lo mejor así empezaba a gustarme A la recherche du temps perdu,
como a todo el mundo sensato.
No he seguido el consejo de A.B.C.
Él se había mostrado irreverente con Proust cuando era joven,
que es cuando se dice la verdad.
Yo no quiero dejar de ser joven.
No soporto la idea de que cualquier enciclopedia
dedique siete páginas a Marcel Proust y siete líneas a Marcel Schwob.
No es justo lo que han hecho con los dos Marcelos.




Luis Alberto de Cuenca: Filólogo, escritor y poeta español, Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid el 29 de diciembre de 1950. Como traductor ha recibido premios como el Premio Nacional de Traductores.

Formó parte del gabinete de José María Aznar en el área de cultura, ha sido también director de la Biblioteca Nacional. Como poeta y ensayista, donde ha trabajado siempre en el estudio de la literatura, ha sido traducido a más de cinco idiomas.
Ha recibido diversos premios y galardones, como el Premio de la Crítica de Poesía Castellana en el año 1985 por La caja de plata.







Frases célebres


Marcel  Proust

A cierta edad, un poco por amor propio, otro poco por picardía, las cosas que más deseamos son las que fingimos no desear.

Sólo se ama lo que no se posee totalmente.

A veces estamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas.

El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.

Para el beso, la nariz y los ojos están tan mal colocados como mal hechos los labios.

El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita.

Los días pueden ser iguales para un reloj, pero no para un hombre.



Marcel Schwob

Sé justo en el momento preciso. Toda justicia que tarda es injusticia.

La personalidad es al hombre lo que el perfume es a la flor.

El arte es todo lo opuesto a las ideas generales: solo describe lo individual y no desea más que lo único. No clasifica, desclasifica.

Y eso que llamamos amor es el deseo de unirnos, de fundirnos y de confundirnos.